Una póliza de cumplimiento es un instrumento esencial que garantiza al contratante que el contratista cumplirá con las obligaciones acordadas en un contrato. Esta póliza asegura que, en caso de incumplimiento, el cliente podrá recibir la compensación necesaria para cubrir los daños ocasionados. Sin embargo, el costo de la póliza varía según el riesgo que el contratista represente para la aseguradora, y este riesgo es evaluado en función de varios factores clave.
Uno de los principales elementos que las aseguradoras evalúan es la solvencia financiera de la empresa contratista. Si los indicadores financieros muestran una empresa estable y solvente, el riesgo de incumplimiento se considera bajo, lo que puede resultar en una prima más baja. En cambio, si los informes financieros reflejan que la empresa no tiene los recursos suficientes para cumplir con el proyecto, el riesgo aumenta, lo que se traduce en un mayor costo de la póliza.